Un gran aprendizaje de este año, la lección más grande y la palabra que más rondó en nuestras vidas, de una u otra manera: LIBERTAD
Hicimos maestría, diplomado y cursos cortos sobre la libertad en todas sus expresiones, aunque algunos estén posponiendo la tarea temporalmente, todos fuimos llamados hacia el aprendizaje de la libertad.
Aprendimos que necesitamos a Amar en libertar porque de lo contrario las relaciones sanas no son viables y terminan en fracasos y dolores permanentes porque nadie quiere ser sobreprotegido, ordenado, controlado o ahogado por los demás.
Aprendimos a dejar SER a la pareja, no cortarle sus alas para no entorpecer su misión y al mismo tiempo a caminar juntos, no revueltos, no fusionados, no dependientes, ni necesitados, solo juntos. Entendimos que el proyecto de vida es personal y que cada uno es responsable de salvarse y ser su propia fuente de felicidad y paz.
Aprendimos a soltar cuando nos hacen daño, o cuando la experiencia juntos terminó. “Si no me quieres puedes irte, si ya no disfrutas aquí puedes irte”, así que aprendimos a no amarrar, persuadir, manipular, generar lastima, o rogar para encadenar al otro.
Aprendimos que a los hijos hay que dejarlos ser y que hay que mantenerse a una distancia prudente, una que permita guiarlos, observarlos, amarlos y al mismo tiempo dejarlos experimentar y aprender, en compañía, no en abandono, tampoco exigiéndoles como adultos, más bien en justa medida, ni ahogarlos, ni descuidarlos.
Aprendimos que nuestros miedos, nuestro pasado, la vergüenza, la culpa, las emociones (tanto la euforia como la tristeza), nuestras creencias, el peso social y familiar, el temor al que dirán, los vicios, la inseguridad, las viejas heridas y las dependencias, son como cadenas que nos amarran e impiden abrirnos a nuevas experiencias, estas cadenas nos mantienen en un punto fijo, estancados, como muertos en vida y mas grave aun, sin darnos cuenta que estamos atrapados en la cárcel de nuestra mente. En este punto somos esclavos e ignorantes. Pero descubrimos que aunque las transformaciones pueden ser incomodas, soltar todo este peso es el único camino a ser libres, encontrar nuestra misión y al fin levantar vuelo. Por lo tanto, aprendimos que para ser libres debemos observarnos, conocernos, limpiarnos y renacer diariamente.
Cuando le dimos paso a la libertad, aprendimos que uno de los más grandes impedimentos son las dependencias y con ellas el miedo a la soledad y al abandono, que estamos llenos de APEGOS a personas, lugares, trabajos, que posiblemente nos generan dolor, comodidad o pesar, así que pare ser libres tuvimos que darnos cuenta que:
Estar solo no te mata,
Disfrutar la soledad en una materia obligatoria y lograrlo es maestría,
Estar con otro por pesar es otra forma de deshonestidad,
El miedo a perder a alguien o algo no son más que pesimismo y desconfianza frente al futuro, al camino, a la vida y hacia Dios
Los demás no son responsables por cargarnos, hacernos felices, darnos paz, compañía y consolar nuestro niño interior herido
Entonces es cuando descubrimos por fin que estamos con los demás por gusto y no por necesidad, “No te necesito, solo te quiero”.
Con la libertad aprendimos que hay que respetar los ritmos del otro, cada quien hace lo mejor que puede, que quien corre más después va a tener que sentarse a esperar al resto, así que para que tanto afán. Entendimos que no podemos despertar a nuestros familiares y amigos al camino espiritual, cada quien lo hace cuando está listo y como le guste, porque caminos hay muchos, pero no todos resuenan igual para todas las almas.
Y es así como muchas almas gemelas se encontraron y muchas tuvieron que separarse nuevamente, por no ser el momento, porque simplemente le falta al proceso de alguno o de los dos, y con ellos aprendimos a no detener la vida esperando, porque la libertad es también vivir y disfrutar lo que se me presenta hoy, así como aceptación de lo que hoy no puede ser, sin quitarle diversión a la existencia, al día a día.
Descubrimos que aunque la libertad en otro tiempo, nos la quitaban, el gobierno, las familias, los patrones, las religiones, el sistema en general, hoy seguimos esclavos pero a voluntad, ya por nuestra mente y antiguos miedos resguardados en el ADN, en la historia de la humanidad, por lo tanto es más lo que nos imaginamos que lo que realmente nos puede pasar o salir mal.
Descubrimos que los animales son nuestros hermanos, que ningún pez quiere estar en una pecera, ni un pájaro en una jaula, que los zoológicos y los acuarios van en contra del curso natural de la vida, que a ningún animal se les maltrata y que por lo tanto la libertad es para todos.
Y uno de los más grandes regalos que nos dejó da la libertad fue descubrir que opinar es juzgar, que no puedo imponer mi punto de vista, que todos necesitamos expresarnos sin importar la edad (por los niños) y que lo que yo pienso es solo una interpretación de la realidad, nadie tiene la última palabra, por lo tanto hay tantos puntos de vista, gustos y formas de pensar como humanos y todas las posiciones son dignas de ser escuchadas y tenidas en cuenta.
Seguramente muchos al leer esto pensaran, “yo no aprendí todo eso”, y seguro que no lo aprendimos al 100% o tal vez apenas iniciamos lecciones y tal vez muchos ni se habían dado cuenta que lo habían trabajado, sin embargo la semilla de la LIBERTAD fue sembrada en los corazones de cada uno de nosotros por el reino espiritual, por nuestros ángeles, por nuestro espíritu en el 2015, y lo sepamos o no, ahora todos portamos esta semilla.
Ahora es trabajo de cada uno reflexionar sobre lo que la libertad puede brindarnos o lo que esta significa para cada uno, notemos también como esta trató o logró manifestarse en nuestras experiencias de vida este 2015, seguro que entre más consciencia hacemos de todo lo vivido más nos damos cuenta que si aprendimos mucho y en esa medida cada uno ira descubriendo lo que le queda pendiente.
Nos queda mucha vida por delante para seguir aprendiendo que hay situaciones y personas que nos dan vida y nos ponen alas, con ellas queremos estar, y que hay otras que nos quieren amarrar, nos lastiman y nos impiden crecer, de estos queremos huir.
Cuidemos la semilla de la libertad, ayudémosle a crecer hermosa y abundante y sigamos aprendiendo cada día a tener relaciones más libres, más sanas, relaciones que nos permitan expresar nuestro SER y nuestra esencia, con todas sus particularidades. Los frutos de la libertad nos van a pintar el mundo de muchos colores, y harán de la vida una aventura sin fin, sin límites. Infinitas experiencias, infinitos aprendizajes, infinitas aventuras, infinitos amigos.
Libertad es estar abiertos a conocer diferentes tipos de personas y disfrutar de cada uno de ellos
Libertad es soltar las viejas maneras de hacer las cosas y estar dispuestos y abiertos a nuevas formas
Libertad es estar conscientes de las decisiones que tomamos y de sus consecuencias
Ser libre es no tenerle miedo a nada y confiar 100% en mi Yo superior
Libertad es poderme mover solo o acompañado y disfrutar de ambas
Sanarme me libera de mi pasado
No pensar me libera de las preocupaciones del futuro
Continúa amándote y Amando en Libertad.
Y una hermosa canción que nos acompaña esta experiencia de vida, dedicada a los hijos, a la familia, al amor que dejamos ir, a los amigos que no estan: